Llegar a ser mujer

Se podría decir que con solamente veinticuatro años, no se tiene noción certera de qué es vivir, pero debido, ya sea por casualidad o causalidad, muchas veces se viven multitud de, véase problemas o cómo he aprehendido a llamarlos músculos y huesos de la vida en sí, qué por suerte o por desgracia comienzas a saber qué es eso de respirar en un lugar determinado.

Al sufrir una difícil depresión que aun no te ha abandonado del todo, empiezas a valorar de otro modo la vida, se te graba en la piel, ya no con arañazos,  que el vivir es uno de los mayores regalos, el poder superarte cada día, y cómo el mero hecho de peinarte o maquillarte, que habías olvidado, se torna en un placer. 

Los que sabemos como es D, lloramos sin ni siquiera saber el por qué, tenemos pensamientos demasiado oscuros como para ser mencionados, y de todo esto se saca un resultado, una inmensa fuerza interna que no tenemos ni idea de que está ahí, tímida y brillante.

Por multitud de sucesos, me encuentro dando letra a lo que entiendo a día de hoy que es vivir. No voy a poner de manifiesto todos ellos, de hecho, del que es un tema aún tabú, he hablado, porque por desgracia lo vivimos mas de los que creéis. Pero, como he asimilado, cuánto menos sepan de tus puntos débiles, mucho mejor podrás aguantar el peso.

Estoy en el camino de llegar a ser mujer, porque no nací siéndolo.

 Simone de Beauvoir

 

Cada día, cada mes y año, consigo un escalón, de la inmensa torre que supone el respirar, y estoy orgullosa, de lo que soy, de lo que consigo y de lo que sé, con gran seguridad, que seré. 

Si hay algo a lo que debes aferrarte es al amor, pero al sano, el tóxico ya sabemos todos los que hacer con él, a las almas más nobles que te ceden su tiempo, un elemento preciado que no tenemos que perder.

Se podría decir, que le estoy dando sentido a mi vida, muy poco a poco, trozo a trozo, igual que un buen café o un puzzle de mil piezas.

Esto forma parte de mi terapia personal, el hablar, y contar mis visiones, que junto con la meditación , tratamiento y la calma interior me están permitiendo estar más sana mentalmente y espiritualmente. Vivir es una montaña rusa, sí lo sé, sé que estoy en la mitad, pero permitidme que os diga que qué difícil y preciosa es la vida. Gracias a los que pasan por ella, a los que, como me dijo mi madre, vienen en el mismo tren, pero tienen paradas, y abandonan el tranvía, y gracias a los que se quedan durante todo el trayecto, 

He aprendido ha dedicarle tiempo a los que se merecen el regalo, a parar de exigirme más de lo que puedo, y seguir adelante, sobre todo eso, seguir, que es lo importante. 

Gracias a ellas, a mi familia, a la de verdad y no de pega, y a mis almas elegidas S.R.R.R.

Pies para qué os quiero, si tengo alas para volar.

Frida Kahlo.