Me he dado cuenta que no puedo
ser ninguna heroína cuando aún no me he enfrentado a mis villanos. Que aunque
me empeñe en cerrar heridas, acabo por no dejar que cicatricen para volver a
rasgarlas.
Me he dado cuenta que el amor
nada tiene que ver con lo que me habían contado, y que aunque tu venías de su
mano, no puede creer en mentiras
.
He leído en cada invierno a
Loreto, y he hecho florecer de nuevo a Shakespeare en las Primaveras.
Estoy en ese momento en el que no
quiero ser noqueada por “la tercera va la vencida”, intentando apretar los
puños contra el suelo aunque me haga heridas, recibiendo poco a poco un
doctorado en vidas y tirando hacia delante.
He aprendido que no hace falta
volver a tropezar con la misma piedra, pudiendo enterrarla para que nunca se
vuelva a interponer en mi historia.
He aprendido que no hace falta
huir cuando llueva, pudiendo bailar junto con cada una de las gotas, descalza
en la arena, sin ni siquiera abrir los ojos.
Joder, que puedo coger el puto
timón de mi barco y aguantar el tirón de todo lo que intente llevarme a pique.
Haunting Double Exposure Photos by Jacquelyn Pearce.
¿De verdad que creíais que me iba a rendir?, los que me señalaban con el dedo en cada uno de mis quiebros deberíais saber que yo soy la que me pongo la pistola en la sien y decido disparar o no. No vosotros.
Que brindaría por todos mis
sueños, porque sueño, no estoy loca, por su boca y la mía, si, sobre todo la
mía, brindaría por vosotros y por vuestra ingratitud y por lo mierdas que podéis
llegar a ser.
No necesito la saliva de nadie
para poder curarme, he aprendido que puedo hacerlo solita, sin él, sin ti, sin
nadie.
Que me quedo, con ellas y con su
manera de hacerme reír, con mi madre y su manía de quererme, y de todos que me
han ayudado a aprender (me).
Poco a poco estoy empezando a quererme, después de 22 años
sin ni siquiera saber quién era. Que es mi vida, y ya sabre yo como escribirla.
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Pequeños latidos.