Sigues bailando, sigues y
sigues, luchando, cantando aunque te hayan arrancado las cuerdas sin
posibilidad de hacerlas sentir.
Puedes seguir hinchando
ese globo con aire enfermo o seguir aplastando margaritas.
Mira si es jodido que
dejamos el amor a la suerte, a ellas, y a sus pétalos yacentes.
Sabes qué eres, pero te
resultará difícil saber quién es el que se mira en el espejo todas
las mañanas.
Mirate, hazlo, y date
cuenta que la única mentira que existe es la de tus labios, aunque
te mate por dentro.
Aunque no te des cuenta,
has dejado ir los volantes más bonitos, la calidez, abrazos
sinceros.
Has perdido, como un
malherido tras un cruce desmedido.
Y es que por más heridas
que quiero curar mas ganas pongo en abrirlas, y claro, a ti ni te va
ni te irá nunca.
Que ya lo decían los
Beatles “El Sol en algún momento va a llegar” y en mientras...
mejor que cojas el timón solo, que yo al fin y al cabo creo que
podré enamorarme de un salvavidas.
Concédeme una noche, con
su derroche de vidas, para devolverte tus balas.
Ya sabes que un corazón
roto por mas balas que reciba caen.
No quiero que vuelvas, no
quiero que hagamos pedazos las sábanas, tampoco necesito tu piel en
la mía, lo has dejado ir, aguántate, es lo que toca.
Joder que la vida me pide
más ganas, menos de ti, y todo de mi.
Que sería más fácil
sufrir de amnesia y así tu vida tendría más sentido ¿Verdad?,
pero si hay algo de lo que nadie se libra es de ese pequeño rincón
eso que
te recuerda
una y otra
vez
las veces que la has
cagado.
Cariño, escucha, ¿Lo
oyes? Es mi alma otra vez en pie.
Retuercete, por que aunque
te mate, he sobrevivido al naufragio.
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Pequeños latidos.